CALLES GREGORIO MARAÑÓN Y Mª AUXILIADORA
6Ahora voy a intentar recordar dos calles de algeciras donde se desarrolló también parte de la movida al contar con numerosos bares de copas bastante interesantes: La calle Gregorio Marañón y María auxiliadora.
Comencemos por la primera, la calle Gregorio Marañón:
Al estar esta calle muy cerca de la calle Inmaculada, aprovechó parte de su movida, llegando a tener, en algunos casos una identidad propia.
El primer pub que se instaló en esta calle fué mucho antes que los de la propia calle Inmaculada, me estoy refiriendo al “Canary”. Poco
puedo hablar como tal de este bar, al que entré en poquísimas ocasiones aunque recuerdo que era un ambiente bastante tranquilo, pero fue algún tiempo después cuando los hermanos Juan y Luis Contreras se hicieron con el negocio, cambiando por completo la decoración del local y poniéndole el nombre de “Genesis” (como aquel otro bar al que hice referencia en la entrada “Así empezó todo”) en homenaje al famoso grupo de Rock al que rendían pleitesía.
Buen sitio este “Genesis”, música muy buena: Los antes citado y que dan nombre al bar, “Police”, “Yes” y músicas afines, sin olvidar a “AC DC”, verdadero grupo de culto entre los propietarios y clientela.
La peculiaridad de este bar era que casi al final de la noche se ponían películas de video con lo que mucha gente acudía a estas horas para verlas o bien permanecían a lo largo de toda la jornada en el mismo bar hasta su proyección.
En la barra tenían una sandwichera, así que mientras veías las películas podías comerte unos sandwichs acompañados de una buenas birras.
Lógicamente, podéis deducir que este bar cerraba muy tarde con lo que se convertía en un lugar obligado de los más noctámbulos.
Me acuerdo de las largas partidas de dados (Kiriki o Mentiroso) que se desarrollaban aquí y de los buenos ratos que pasé junto con mis
colegas de siempre.
Un poco más abajo había otro bar llamado “Graffiti” con una decoración moderna muy bonita y con muy buen ambiente también. En este local se abrió después un bar estilo moruno del que no puedo recordar ni el nombre, sólo recuerdo que tenía un dibujo de un camello pintado en la pared y poco más y posteriormente se abrió con el nombre de “Los Amigos”, otro lugar muy frecuentado al final de la noche por
servirse en él hamburguesas y sándwiches.
Este bar también comenzó a abrir a media tarde para emitir partidos de fútbol, logrando un muy buen ambiente cada fin de semana que se ha prolongado a la época actual
A su lado el “Ivory” con estilo similar al anterior aunque más grande y que también sigue abierto todavía y ya bastante después se abre el “Hora Punta” ya en la Plaza Menéndez Tolosa pero que ya pertenece a otra época más actual.
Casi al mismo tiempo del resurgimiento de esta calle se creó en otra zona de la ciudad otro punto caliente de afluencia de público y movida, hablo de la calle María Auxiliadora, junto al colegio de Los Salesianos.
El primer bar que se instaló aquí creo que fue el “Gris” de Manolo Rodríguez Vidales, bar con mucha aceptación por parte de un público algo más exigente y dejado llevar por la moda. Llamado así por el color de su decoración, estaba frecuentado por jóvenes (y no tan jóvenes) de un ambiente mas “in”, más pijillo en sus comienzos, aunque a posteriori fué frecuentado cada
vez más por gente de todas las clases sociales.
Después de algunos años, una vez cerrado como “Gris”, el local pasó a llamarse “La Destilería”, montado por J. Karnani, miembro fundador del grupo local con el mismo nombre, con la idea de ofrecer música en directo los fines de semana y al mismo tiempo usarlo como local de ensayo del grupo. No duró demasiado tiempo y a partir de aquí fue cambiando paulatínamente de dueños y ambientes con más o menos éxito.
Juan Contreras se separó de su hermano en el terreno profesional y abandonó el “Genesis” para instalarse por su cuenta y montar al lado del “Gris” el “Flash”, pub más moderno tanto en decoración como en música que tuvo bastantes adeptos en la zona dado que ofrecía algo nuevo y más fresco que lo que le circundaba.
Bastante tiempo después, justo en frente del “Flash” se montó el “Sangre española”, pub dedicado, creo que acertádamente, a la música nacional por completo. Actualmente en este local hay instalado un pub Latino.
Bastante cerca de esta calle un bar de culto: El “Bluster”, pero a éste le voy a dedicar una entrada en exclusiva más adelante.
LA MOVIDA EN VERANO
7Por supuesto que no quiero olvidarme de la movida en verano (Sí, sorpréndanse, en Algeciras hubo Movida en Verano), y así hay que destacar dos zonas bien diferenciadas, una en cada playa : La zona del Rinconcillo y la de Getares.
En la primera quiero empezar por el “Tao”, local al que le he dedicado una
entrada en exclusiva para él. Buscadla en el Blog.
También había un extraño bar situado cerca de la rotonda donde se cogía el autobús, algo oculto por los árboles, que se llamaba “Neptuno”.
La única característica que recuerdo de este bar era que las copas eran más baratas que en el resto de locales, por lo que siempre nos tomábamos alguna copa aquí para aliviar nuestros maltrechos bolsillos.
Ya en la playa, junto a la orilla, se levantaron una hilera de bares al aire libre que se ponía hasta las trancas en las cálidas noches de verano.
Recuerdo al principio de todo “El Genario”. Nunca supe si el nombre de este bar se debió a una equivocación del que lo rotuló en la fachada y quiso
decir “Geranio” o fué llamado así a conciencia, aunque pienso más bien que ocurrió lo primero, ya que junto al nombre había dibujado una flor.
Junto a él, el “Coco Loco”, otro establecimiento de similares características que el anterior aunque con algo más de ambiente si cabe.
Más tarde, este bar cambió su nombre por “Lamentable”, regentado por Felipe, del que ya hablamos antes y al que, sin duda, volveremos a nombrar en este Blog. Recuerdo una anécdota de este bar,: Felipe se pegó unos cuantos meses empapelando Algeciras con carteles en los que únicamente figuraba un gran rótulo donde ponía “Este verano será lamentable”, teniendo al personal mosca durante todo ese tiempo, hasta que por fín anunció la apertura de su nuevo local y pudimos descubrir el misterio. Felipe le dio un giro al local, adaptándolo a su estilo, y pienso que, aunque muchos opinen lo contario, fué entonces cuando vivió sus mejores momentos al tener más personalidad en lo referente a música y ambiente ya que supo complementarse con los pubs de la ciudad, alejándose del ambiente pseudo-hortera que va inevitáblemente acompañado a la época estival.
Al lado, el “Capri”, chiringuito playero durante el día y bar de copas por la
noche. Al estar, a diferencia del resto, techado y dotado de mesas y sillas lo hacían más cómodo e ideal para tomarse una copa sentado en mitad de la noche.
En la entrada a la playa se encontraba otro local llamado el “Bucanero”, de mayores dimensiones que los anteriores y con muchísimo éxito.
Y para los más hartibles, después de los bares, estaban las discotecas
“Tamarindo” y “Banani” (más tarde “Déjame”) y el bar “Raúl” (ver información sobre estos sitios en la entrada “Discotecas”.
Y por supuesto el “Guachi” y el “Bamboleo”, dos especies de salas de fiestas con música en vivo donde acudía el personal más pureta a bailar al ritmo de las canciones del gran “Guachi” en el primero de los casos o de una
orquesta contratada para tal fin en el segundo.
Tampoco quiero olvidar el “Botavara”, precioso bar de ambiente tranquilo situado también en la misma playa aunque un poco más hacia Palmones y construido íntegramente en madera, que fué una gran novedad en la época y aún hoy sigue funcionando a pleno rendimiento.
Y ahora cambiamos de playa para hablar de la zona de Getares.
En un principio, poco antes de la vorágine de bares que hay hoy en día en el paseo marítimo, en la zona baja de los aparcamientos, se levantó una especie de carpa con una gran barra que le pusieron el extraño nombre de “Tengo una novia que me trata mal”, aunque nadie lo llamaba así, y que se solía poner de bote en bote. Algo más tarde, se abrió el, famosísimo en su época, “Waikiki” que tuvo un clamoroso éxito entre la juventud algecireña y donde además de tomar copas se podía bailar.
A la sombra de éste, un poco más allá, Felipe montó una especie de chiringuito nocturno de copas llamado “Ankawa Chita”, con su estilo inconfundible, al que había que acceder caminando por la arena.
Felipe montó también en la zona del Club Los Delfines el llamado “Club
Pribado”(así, con “b”). Éste sitio pudo haber sido mucho más de lo que fué,
ya que la idea era genial, tenía barra cubierta, barras al aire libre con zonas de césped, piscina (eso sí, cercada al público nocturno) y se daban conciertos en directo, recuerdo en particular el de “Los Sencillos”, cuya entrada reproduzco a la izquierda. Pero el “Waikiki” se llevaba a la clientela y no acabó de coger vuelo, una lástima.
También es justo nombrar a la única discoteca que hubo en la zona la llamada “Pícaro”, llamada así por estar levantada junto al río del mismo nombre y al pub-discoteca “Arena”.
Y por supuesto, “La Sirena”, auténtico “garito de mala muerte” con una personalidad arrolladora situado en la carretera que llevaba al Faro y que se convirtió en un verdadero sitio de culto de la parte más transgresora de la juventud.
En sus húmedas paredes se dieron fiestas y conciertos en directo donde acudían puntualmente pintorescos personajes en busca de alcohol, música y otras yerbas, un sitio verdadéramente interesante que muchos desconocieron.
Ya a partir de aquí, sobre el recién construido paseo marítimo, comenzaron a florecer una larga hilera de bares y restaurantes que no voy a nombrar porque han ido cambiando de nombre continuamente, aunque es justo señalar uno: “La Clave”, ya que éste rompía un poco con el estereotipo de bar comercial de playa y acudía otro tipo de clientela. De todas maneras en el apartado para los comentarios podéis hacer cuantas puntualizaciones como queráis para ampliar este artículo.
También quiero recordar una gran carpa que se instaló en la zona de San José Artesano, más concretamente en “El Polvorín” en cuyo interior había varias barras y música a toda galleta. Este sitio sólo duró un verano, pues las contínuas quejas de los vecinos de la barriada conllevaron a que, una vez acabada la temporada de verano, se desmontara para pasar a mejor vida.
Como véis, no hacía falta ir a Tarifa para divertirse en Verano. Diría más, la gente de Tarifa era la que venía a Algeciras a pasar las noches veraniegas. ¡Cómo ha cambiado el cuento!
PLAZA DE ANDALUCÍA
2Aquí vamos a recordar una zona insignia en Algeciras, creada en un magnífico entorno como fué la “Plaza de Andalucía”. Este complejo fué construido en el
- Vista general
solar que dejó durante años la demolición del bello y centenario coso “La Perseverancia”. Fué levantado a semejanza del Centro Comercial “La Vaguada” de Madrid, dándole a la ciudad una imagen más moderna y vanguardista. Constaba de varias plantas con una amplia zona superior al aire libre, coronada por unas pirámides acristaladas y con un magnífico auditorio donde se celebraron infinidad de buenos conciertos, tanto de grupos locales como otros de reconocido prestigio en la Movida de la época.
- En sus buenos tiempos
Recuerdo exitosos conciertos de Miguel Ríos, Desperados, La Frontera, Comité Cisne, la mayoría de ellos ellos gratuitos, lo que era un verdadero lujo para nuestros maltrechos bolsillos. Esta zona alta contaba con dos Kioscos o barras al aire libre, uno junto al escenario, regentado en 1ª instancia por Fali y Óscar, rodeado de sillas y mesas en las que en verano se estaba de lujo y donde podías escuchar la mejor música alternativa del momento, y otra en la parte más lejana, junto al que había un mini golf y una jaula con algunos animales, entre ellos un
simpático mono al que le sometimos a infinidad de pruebas, algunas de dudoso gusto. Éstos bichos fueron trasladados al poco tiempo al Parque para evitar un mal mayor.
Accediendo en sentido descendente por alguna de sus varias escaleras, se llegaba a la primera planta inferior del edificio, donde, aparte de la cabina de los 40 principales, se encontraban
todos los bares de moda. Recuerdo el “Latino”, el “Ibiza”, el “Modelo”, el “Baden-Baden”, el “Berlín”, el “Bianco” y el que permaneció mas tiempo en activo, el “Perfil”, cada uno de ellos con un ambiente distinto con lo que se
conseguía una amplia oferta de ocio en una misma zona. Todos estos locales convivían con zonas de restauración como bares de tapas, hamburgueserías, gofrería, restaurantes Chino e italiano: “Oh Mamma mía”, “Piscolabis”, “Burguer King”, “El Jamón” o la original “Fabrica de cerveza” donde al más puro estilo alemán te servían una turbia cerveza “Kalt” de elaboración propia, acompañada de chucrut o salchichas. También contaba con un local con un
novedoso juego llamado “Q-Zar” donde entrabas con unas pistolas y unos petos y tenías que disparar a tus adversarios para eliminarlos.
En su segunda y última planta se encontraban las tiendas de moda, librería, videojuegos, electrónica y el archifamoso “Simago”.
Ésta zona tuvo la particularidad de que dentro de ella convivían varias generaciones juntas, pues
te encontrabas a “los de siempre” en cualquier pub, a gente más joven, e incluso a los padres de éstos últimos tomando algo a la espera de que llegara la hora de recoger a sus retoños.
Lamentáblemente, la incompetencia municipal, unido a los altísimos alquileres
impuestos, ocasionaron que poco a poco fueran cerrando estos locales y la Plaza se
fuera deteriorando sin que nadie pusiera remedio, hasta que llevó a su demolición para levantar posteriórmente el horrible mamotreto que hay ahora con el mismo nombre que la añorada plaza y que prácticamente no sirve para nada.
FELIPE “EL DEMONIO”
4Felipe, “El Demonio”, al igual que otros personajes a los que intentaré dar
cabida en este blog, fué una persona muy influyente en la movida de Algeciras en esa época hasta el punto de que, sin él no hubiera sido lo mismo.
A continuación voy a transcribir íntegramente el texto que le escribí a este singular personaje en el libro:
“No sé, ni me importa, como llegó Felipe a la ciudad de Algeciras desde su Soria natal. Sí sé que pasó muchos años de su vida trabajando en grandes buques mercantes surcando los mares. Paradojas de la vida, un marino de Soria. Quizás por esto decidió tocar puerto definitivamente e instalarse en Algeciras y echar raíces aquí junto a su paciente esposa, Mariam y sus dos hijos Felipe y Ana. Le gustaba el mar y aquí lo tenía bien cerca.
Una cosa sí tengo claro, hubo un antes y un después de Felipe.
Empecé a conocerle cuando montó el “Paralelo 36” mítico bar de la movida de los años 90 en Algeciras. Creo que fué su primer negocio relacionado con este mundo. En este bar llegamos a formar un nutrido grupo de amigos que compartimos buenísimos momentos juntos. El “Paralelo 36” llegó a ser un bar de visita obligada por los jóvenes con ciertas inquietudes que no se limitaban a tomar una copa simplemente, sino que sus mentes estaban rebosantes de ideas nuevas y proyectos deseosos de llevarlos a cabo. De aquí salieron colectivos juveniles como aquel famoso “Colectivo Joven Marzo 88” comandado por el hermano de Felipe, Agripino, o “Happy”, como le conocía todo el mundo. En este local, por iniciativa de Felipe, se organizaron
concursos de Rock, se apoyó actívamente cualquier tipo de manifestación cultural como fanzines u otro tipo de publicaciones alternativas.
Era un hombre inquieto, a primera vista te podía caer mal, ya que parecía serio y algo borde, (tenía bastante fama de eso entre los que no le conocían), pero una vez lo ibas conociendo, ibas descubriendo a un tío campechano, jovial y alegre, noctámbulo empedernido. Siempre andaba organizando algún fiestorro, bien en su pub o en cualquier sitio. Llegamos a comer docenas de ostras regadas con champán sobre la barra del Paralelo, ante la estupefacta mirada de los clientes, fabricó una explosiva caipirinha con receta casera que despachaba por litros a la clientela, organizábamos en el reservadito donde estaba el equipo de música, proyectos de disparatados programas de radio a altas horas de la madrugada, una vez cerrado el local y sólo para sus amigos más íntimos, programa que se llegó a llevar a la radio real con bastante éxito.
A este reservado le bautizamos “La Caldera” y por ende a Felipe “El Demonio”, ya que siempre estaba urdiendo maquiavélicos planes e intentando llevarte por el camino del pecado.
Tenía una risa socarrona y estrepitosa que no pasaba desapercibida, aún me parece escucharla y hablaba con una voz tan grave y fuerte que era imposible no oírle.
Aunque de origen soriano, se adaptó a la perfección a la ciudad y sobre todo, a la provincia, era un amante de los carnavales de Cádiz y de Los Caños de Meca.
Durante su vida en Algeciras, montó varios locales de copas con diferentes resultados, al éxito tremendo del “Paralelo 36”, “El Tragaluz”, el “Lamentable”
o la caseta que montaba cada año en la Feria, bautizada, como no podía ser menos en él: “Degenero hasta Febrero”, otros con algo menos de aceptación como el “Club Pribado”, el “Ankawa Chita”, e incluso algunos considerados fracasos, como el proyecto de sala de música “Déjame” o el salsódromo “Mojito”
Pero él nunca desfallecía, se recuperaba de un fracaso y ya estaba maquinando para montar otro invento, huyendo siempre de lo comercial, de la pachanga y del “siempre lo mismo”.
Buen aficionado taurino, le gustaban los Sanfermines y no se perdía una corrida en la Feria de Algeciras, siempre con su Cohíba y su copa en la mano.
Uno de sus últimos proyectos y, quizá el más apasionante, fué su etapa como manager de varios grupos, tenía buen ojo a la hora de elegir a sus representados, algunas bandas de fuera de la zona y otras locales como “La Destilería” o su inseparable “An-tonio”, con el que se le presentaba
un horizonte despejado y halagüeño y un futuro prometedor, aparte de un desafío, el pulir ese diamante en bruto que tenía al lado. Embarcado en esta aventura estaba, cuando se produjo el repentino fallecimiento de Antonio y un duro revés para él, ya que sobre todo perdía a un gran amigo. Felipe quedó muy tocado con esta pérdida.
Vivía muy deprisa y casi sin descanso, parecía que no quería perder el tiempo, como intuyendo que su vida no iba a ser demasiado larga, y así fué, contrajo una maldita enfermedad de la que no se pudo recuperar, y con su ausencia nos dejó huérfanos de proyectos ilusionantes, bares donde tomar una copa y charlar de mil y una cosa era compatible y donde admirar una exposición de algún pintor o algún dibujante local en sus paredes era algo cotidiano.
Se nos fué Felipe, y algo después se nos fué Happy, su hermano del alma y otro activo de la movida, y aquí nos quedamos recordando esa risa, esa nueva aventura o esa excentricidad que tanto le gustaba.
Definitivamente, hubo un antes y un después de Felipe.”
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