Entradas etiquetadas con Felipe
FELIPE “EL DEMONIO”
4Felipe, “El Demonio”, al igual que otros personajes a los que intentaré dar
cabida en este blog, fué una persona muy influyente en la movida de Algeciras en esa época hasta el punto de que, sin él no hubiera sido lo mismo.
A continuación voy a transcribir íntegramente el texto que le escribí a este singular personaje en el libro:
“No sé, ni me importa, como llegó Felipe a la ciudad de Algeciras desde su Soria natal. Sí sé que pasó muchos años de su vida trabajando en grandes buques mercantes surcando los mares. Paradojas de la vida, un marino de Soria. Quizás por esto decidió tocar puerto definitivamente e instalarse en Algeciras y echar raíces aquí junto a su paciente esposa, Mariam y sus dos hijos Felipe y Ana. Le gustaba el mar y aquí lo tenía bien cerca.
Una cosa sí tengo claro, hubo un antes y un después de Felipe.
Empecé a conocerle cuando montó el “Paralelo 36” mítico bar de la movida de los años 90 en Algeciras. Creo que fué su primer negocio relacionado con este mundo. En este bar llegamos a formar un nutrido grupo de amigos que compartimos buenísimos momentos juntos. El “Paralelo 36” llegó a ser un bar de visita obligada por los jóvenes con ciertas inquietudes que no se limitaban a tomar una copa simplemente, sino que sus mentes estaban rebosantes de ideas nuevas y proyectos deseosos de llevarlos a cabo. De aquí salieron colectivos juveniles como aquel famoso “Colectivo Joven Marzo 88” comandado por el hermano de Felipe, Agripino, o “Happy”, como le conocía todo el mundo. En este local, por iniciativa de Felipe, se organizaron
concursos de Rock, se apoyó actívamente cualquier tipo de manifestación cultural como fanzines u otro tipo de publicaciones alternativas.
Era un hombre inquieto, a primera vista te podía caer mal, ya que parecía serio y algo borde, (tenía bastante fama de eso entre los que no le conocían), pero una vez lo ibas conociendo, ibas descubriendo a un tío campechano, jovial y alegre, noctámbulo empedernido. Siempre andaba organizando algún fiestorro, bien en su pub o en cualquier sitio. Llegamos a comer docenas de ostras regadas con champán sobre la barra del Paralelo, ante la estupefacta mirada de los clientes, fabricó una explosiva caipirinha con receta casera que despachaba por litros a la clientela, organizábamos en el reservadito donde estaba el equipo de música, proyectos de disparatados programas de radio a altas horas de la madrugada, una vez cerrado el local y sólo para sus amigos más íntimos, programa que se llegó a llevar a la radio real con bastante éxito.
A este reservado le bautizamos “La Caldera” y por ende a Felipe “El Demonio”, ya que siempre estaba urdiendo maquiavélicos planes e intentando llevarte por el camino del pecado.
Tenía una risa socarrona y estrepitosa que no pasaba desapercibida, aún me parece escucharla y hablaba con una voz tan grave y fuerte que era imposible no oírle.
Aunque de origen soriano, se adaptó a la perfección a la ciudad y sobre todo, a la provincia, era un amante de los carnavales de Cádiz y de Los Caños de Meca.
Durante su vida en Algeciras, montó varios locales de copas con diferentes resultados, al éxito tremendo del “Paralelo 36”, “El Tragaluz”, el “Lamentable”
o la caseta que montaba cada año en la Feria, bautizada, como no podía ser menos en él: “Degenero hasta Febrero”, otros con algo menos de aceptación como el “Club Pribado”, el “Ankawa Chita”, e incluso algunos considerados fracasos, como el proyecto de sala de música “Déjame” o el salsódromo “Mojito”
Pero él nunca desfallecía, se recuperaba de un fracaso y ya estaba maquinando para montar otro invento, huyendo siempre de lo comercial, de la pachanga y del “siempre lo mismo”.
Buen aficionado taurino, le gustaban los Sanfermines y no se perdía una corrida en la Feria de Algeciras, siempre con su Cohíba y su copa en la mano.
Uno de sus últimos proyectos y, quizá el más apasionante, fué su etapa como manager de varios grupos, tenía buen ojo a la hora de elegir a sus representados, algunas bandas de fuera de la zona y otras locales como “La Destilería” o su inseparable “An-tonio”, con el que se le presentaba
un horizonte despejado y halagüeño y un futuro prometedor, aparte de un desafío, el pulir ese diamante en bruto que tenía al lado. Embarcado en esta aventura estaba, cuando se produjo el repentino fallecimiento de Antonio y un duro revés para él, ya que sobre todo perdía a un gran amigo. Felipe quedó muy tocado con esta pérdida.
Vivía muy deprisa y casi sin descanso, parecía que no quería perder el tiempo, como intuyendo que su vida no iba a ser demasiado larga, y así fué, contrajo una maldita enfermedad de la que no se pudo recuperar, y con su ausencia nos dejó huérfanos de proyectos ilusionantes, bares donde tomar una copa y charlar de mil y una cosa era compatible y donde admirar una exposición de algún pintor o algún dibujante local en sus paredes era algo cotidiano.
Se nos fué Felipe, y algo después se nos fué Happy, su hermano del alma y otro activo de la movida, y aquí nos quedamos recordando esa risa, esa nueva aventura o esa excentricidad que tanto le gustaba.
Definitivamente, hubo un antes y un después de Felipe.”
Comentarios recientes