Al principio la oferta de discotecas era bastante amplia y estaban situadas dentro del casco urbano, normalmente en sótanos que hoy en día sería impensable que se otorgaran licencias para instalar uno de estos establecimientos pues eran auténticas ratoneras, afortunadamente nunca

The Mermelada

ocurrió ninguna desgracia.

Petrarca

Una de las más antiguas y famosas fue el “Petrarca” en la Avenida Fuerzas Armadas, esta discoteca después de muchos años en funcionamiento cerró sus puertas y fue abierta con el nombre de “The Mermelada”por David

, actual propietario del “Senda”, un interesante pub-cafetería que funciona a la perfección en la zona de los antiguos multicines “Las Palomas” y al poco tiempo, el propio David le cambió el nombre por “8ª Avenida” , dándole a ambas otro estilo, e intentando darle un cambio al lugar con música de los años 60-70-80 menos comercial, pero el asunto no llegó a coger vuelo.  También recuerdo el “Kabila”, situado cerca de la plaza alta junto a un bonito y oscuro

bar estilo irlandés instalado en un semisótano y decorado asemejando el interior de un barco pirata llamado “Taberna de Hawkin’s”.

Atravesando la Plaza Alta en dirección al Mercado de Abastos se encontraba

Kabila

“Galaxia”. Quizás una de las más modernas de todas y que fué una revolución cuando se inauguró.

Junto al “Bizarre” teníamos el “Mailo”  otro sitio más para unirse a la oferta de los más bailongos.

Ésto en lo referente a pequeñas discotecas, porque después, fueron apareciendo discotecas mucho mayores, más acorde con lo que la ciudad se merecía.

Mailo

De éstas discotecas grandes hay que destacar las que convivieron al principio y que cada una tenía su público fiel y éstas eran el “Cigarrón”, el “Tamarindo” y el “Pentágono”.

“El Cigarrón” en Los Pinos, la discoteca con clientes más modernos y posíblemente la que contaba con más aceptación. Tenía su parte de invierno y su parte de verano con piscina incluida y se podía escuchar un tipo de música pelín menos comercial, así no era raro bailar temas de The Cure, Smiths y otros grupos de actualidad. Fue demolida hace bien poco.

El “Tamarindo” en el Rinconcillo. Al principio sólo era discoteca de verano al aire libre, construida en el amplio jardín de un chalet, para poco a poco ir transformándose en discoteca propiamente dicha al ir cubriéndose

Tamarindo

paulatínamente. Esta discoteca contaba con un público mas heterodoxo, aquí entraban todo tipo de clases sociales y clientes de lo más variopinto y a causa de esto la música que se oía también era muy variada,

desde sevillanas y rumbas hasta pop español del momento. Justo enfrente se instaló el bar “Raúl” que supo aprovecharse de la coyuntura al estar abierto toda la noche sirviendo bocadillos,cervezas y copas a precio más asequible que en el interior de la discoteca, provocando un contínuo trasiego de personas que cruzaban la carretera de un local al otro.

El Pentágono

El “Pentágono” en la Granja, discoteca complétamente de invierno y, para mí, aunque nunca he sido un asíduo de estos locales, la que tenía más apariencia de discoteca al estar perfectamente equipada hasta en el más mínimo detalle. Al estar bastante alejada tanto del centro como de locales de copas, hacía que no fuera todo lo frecuentada que se merecía. Aún así permaneció en activo muchos años a un gran nivel.

Después de éstas tres, empezaron a aparecer algunas más:

El “Paco Paca” en la carretera del Cobre, puf, extraña discoteca, bonita la verdad, pero con un tipo de clientela de dudosa reputación convirtiéndose en un lugar tabú para la mayoría de los jóvenes, aunque sitio predilecto de otras tribus. No entro en más detalles.

El “Banani” también en la barriada del Rinconcillo, una de las últimas en abrirse al público, contaba también con parte de invierno y parte de verano.

Déjame

Tuvo relativo éxito al salirse un poco del esterotipo de discoteca convencional . A su cierre y algún tiempo después, Felipe, “El Demonio”, la volvió a abrir con el nombre de “Déjame” con la intención de usarla como sala de conciertos y como discoteca con otro tipo de música menos comercial. No tuvo éxito, aunque en su parte de verano llegó a dar un excelente concierto el grupo “Doctor Feelgood” que aún recuerdo con agrado.

Y por último, El “Generatriz”, preciosa en su momento al aprovechar el

Entrada concierto Dr. Feelgood

edificio mayor de la antigua fábrica de hielo y dándole sus propietarios una decoración sin alterar en demasía su estado original, quedando sus paredes con ladrillo visto y con barras a varias alturas, destacando la de la parte más alta, desde donde se divisaba todo el ambiente de la sala.

Esta discoteca tuvo muchísimo éxito, ya que rompía el monopolio que

El Cigarrón

obstentaban en su momento el “Tamarindo” y “El Cigarrón”, aparte de que no había que coger

ningún tipo de vehículo como en los casos anteriores, quedando como sitio obligado para finalizar las noches, pues como tenía un horario más amplio, al cerrar los bares era lo que quedaba abierto en la zona y  los más caldeosos podían continuar la noche allí.

A partir de aquí se han abierto algunas más, pero ya pertenecen a otra etapa distinta a la que aquí estamos dedicando.